La continuación de aquel día había sido caótica. William y Milena se habían ido a su casa, prometiendo regresar cuando todo estuviera solucionado. Era evidente que el problema era grave. Una vez que habían logrado calmar lo suficiente a Michelle, habían ido a donde Seth y James. Vicky había ido encontra de la voluntad de su padre, consciente de que la otra necesitaría a alguien a su lado una vez que estallara el caos. Nunca había tenido tanta razón en su vida. Cuando Michelle y Tom contaron brevemente lo que había sucedido, la muchacha se había puesto histérica nuevamente. Seth estaba tan impactado por las noticias que había sido incapaz de reaccionar. James, por su parte, se había puesto hecho una fiera. Incluso ella, acostumbrada a los vampiros y su furia animal, se había asustado frente a él. Había insultado a su hermano de todas la formas posibles, recriminándole que se hubiera quedado con la mejor parte.
– ¡No pensaba dejarte con la mejor parte! ¡Si no iba a ser mía, no iba a ser de ninguno de los dos! – rugió mientras dos de los hombres de Seth lo aprisionaban. Impasible, Tom se limitó a informarle que él sería el encargado de dictar su sentencia.
Cuando todo hubo terminado, Seth se acercó a Michelle, aún shockeado. Había intentado acariciarla, pero ella se había alejado de él como si le temiera. Inmediatamente se había acurrucado en brazos de Vicky como buscando refugio.
– Necesito tiempo – le dijo en un susurro mientras dejaba que las lágrimas le surcaran el rostro nuevamente. Él asintió y la dejó irse sin decir una palabra. Probablemente él también lo necesitara.
Al despertar a la mañana siguiente, Vicky no se había sorprendido en lo más mínimo al encontrarse con que tanto Michelle como sus cosas habían desaparecido. Sobre el escritorio había un papel, una hoja del diario que la muchacha había escrito durante trescientos años, pero la fecha era del día anterior. Debía haber escrito la nota antes de partir. Vicky esbozó una sonrisa triste mientras la leía. Donde fuera a ir, esperaba que le fuera bien.
Vicky:
Confío en que entenderás por que hago esto. No puedo quedarme en este lugar. Necesito tiempo y distancia para sobreponerme a todo este dolor. Aquí solo hay recuerdos. Es irónico que hasta hace no mucho deseaba tanto tenerlos y ahora preferiría que desaparecieran, pero no puedo hacer nada al respecto. Algo me dice que todo será diferente ahora, que mi pasado no me abandonará. Tengo la esperanza de poder sanar con el tiempo. Sé que nuestros caminos volverán a cruzarse. La eternidad es muy larga, y los caminos de los inmortales tienden a cruzarse innumerables veces sin remedio. Confío en que para ese entonces ambas habremos logrado superar todo aquello que ahora nos lastima. Confío en que habremos aceptado nuestro inevitable destino. Mientras tanto no puedo más que agradecerte por todo lo que has hecho por mí: sin tu ayuda jamás hubiera podido recordar.
Saluda a Tom y Cassandra de mi parte, y dile a Seth que algún día sé que nuestros caminos volverán a cruzarse también y tal vez el dolor no sea tan insoportable. Quizás entonces podamos retomar nuestra historia.
Hasta entonces me despido.
Michelle
P.D.: Encontré tu nota. Puede que tu idea no sea tan descabellada: tal vez la sangre sea la respuesta después de todo. Lo comprobaremos con el tiempo.
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