ZACH
-“¡Muy bien! ¿Y cuándo pensabas contarnos que tu mamá era una de nosotros?” preguntó Liz, con una algo fingida indignación, al día siguiente, mientras los cuatro chicos estaban reunidos en el living de su casa.
Zach seguía tan sorprendido ante aquella revelación que no sabía como dirigirse a Vicky; la cual, por otro lado, parecía ignorarlo de forma disimulada, y había pasado toda la tarde evitando mirarlo.
-“Bueno, fue bastante tonto de nuestra parte no darnos cuenta,” declaró Dylan. Los otros lo miraron sin comprender.
-“Nos dio señales,” explicó él. “No solo porque no es normal, ni siquiera para un vampiro, o más bien la hija de un vampiro, que sepa pelear. Y me refiero a que realmente parecía una de nosotros aquella noche de la fiesta, solo que más rápida. Pero además… ¿de dónde más iba a sacar esos palitos con los que se agarra el pelo? A menos que hubiera asesinado a una cazadora que los llevara puestos, pero sería poco probable que los llevara entonces.”
Vicky sonrió, sacándose los palillos del cabello y dejando que le cayera en un manojo de desordenados rizos negros sobre los hombros y hacia delante mientras jugueteaba con las varillas entre los dedos.
-“Me los dio mi abuela,” explicó la chica, sin apartar la vista de los instrumentos, con una mirada algo nostálgica. “Por mi condición nunca fui muy bienvenida en el clan. La única razón por la que la mayoría me tolera es quien es mi papá. Si no fuera por él sería una paria. Así que ella pensó que tal vez los necesitara para defenderme… Y me temo que tenía razón.”
-“¿Pero por qué no te quieren en el clan?” preguntó Liz.
-“Los miembros de los clanes son vampiros, generalmente de sangre pura; aunque hay excepciones, vampiros que fueron creados por miembros del clan. Una vez fueron humanos, pero ya no más. Todos están relacionados de alguna forma. Es raro que un vampiro se enamore de un humano y no lo transforme, como pasa con mi mamá. Pero más raro es que se enamore de una cazadora.
En los pocos casos que se dio que algún vampiro tuviera hijos con un humano… Bueno, todo depende de las circunstancias, pero generalmente los hijos se crían y viven como humanos… y mueren como humanos… a menos que ellos decidan lo contrario.”
-“¿Pero cómo pueden vivir como humanos y morir con la sangre…?” preguntó Zach, perplejo. Ella seguía sin levantar la vista.
-“Porque ellos no heredan la sed, Zach,” respondió la chica, mirándolo solo un momento y apartando la mirada casi al instante, como si le hiciera daño, al mismo tiempo que forzaba, sin éxito, una sonrisa.
-“Pero pensé que vos…” empezó él aún más perplejo.
-“Yo sí la necesito, la sangre. Eso es porque en mí hay más sangre de vampiro que humana,” lo interrumpió ella sin mirarlo.
-“¡Entonces lo que me contaste sobre los orígenes de los cazadores es cierto!” exclamó Liz, antes de que Zach pudiera replicar nada.
-“Probablemente,” se limitó a responder Vicky, seria. Los varones las observaban sin comprender, demandando una explicación.
Liz explicó brevemente lo que Vicky le había contado, mientras esta volvía a recogerse el cabello y jugueteaba con un rizo negro que le caía sobre el hombro.
Zach se levantó de donde estaba sentado, indignado.
-“¡Eso es una mentira!” rugió, mirando a una y otra chica. Vicky levantó la vista y clavó sus ojos grises en él. Había algo en su mirada que le hizo olvidar por un momento su furia. No sabía que era, pero algo no estaba bien. Aquella sonrisa forzada volvió a aparecer en sus labios.
-“Nadie te obliga a aceptarlo si no querés,” le respondió ella. “No por eso va a ser menos cierto.”
El brillo en los ojos de la chica lo desencajó. ¿Qué era aquello? ¿Lagrimas? Vicky iba a…
La chica se levantó de su asiento y caminó hacia el pasillo, murmurando algo que no llegó a comprender. Zach no reaccionó. Se sentía aturdido.
VICKY
Vicky se derrumbó contra la puerta del baño ni bien terminó de cerrarla, dejándose caer lentamente hacia el suelo mientras luchaba para reprimir las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos.
¡No! No podía permitirse el lujo de llorar. No por eso. No allí, al menos. Iba a tener mucho que explicar si lo hacía. Y de todos modos, ¿qué iba a decir? No iba a sonar muy razonable que dijera que desde hacía dos días no hacía más que pensar en Zach; que aún cuando estaba frente a todos aquellos rostros mirándola a ella y a sus padres con asombro lo único que cruzaba por su mente era que es lo que estaría pensando él respecto a aquella revelación: que no sabía como era que estaba haciendo para mantenerse lejos de él, para apenas mirarlo; que hubiera dado cualquier cosa por volver a besarlo. Pero, principalmente, que la sola idea de no poder hacerlo nunca más, por no traicionar nuevamente a quien probablemente fuera la única amiga que tuviera en toda su vida fuera de su prima Milena, la estaba matando por dentro.
Nunca en toda su vida había sentido algo así. Reconocía que diecisiete años no es una larga vida, pero habiendo tantas chicas incluso menores que ella que aseguraban estar enamoradas y tantas otras cosas, era de esperarse que al menos ella tuviera una mínima idea; que estuviera preparada.
Claro que sus experiencias anteriores no habían sido muy útiles. La mayoría de los vampiros de su clan la aceptaban e incluso respetaban por quien era su padre, pero nada más. Los chicos del colegio… bueno, no podía tener algo serio con ninguno de ellos. No sin estar ocultándoles más de la mitad de su vida, al menos.
En cuanto a Leo… La única razón por la que había salido con él era porque, de algún modo, salir con un vampiro implicaba ser aceptada. Y le constaba que él nunca había sentido nada por ella tampoco. Él solo se movía por intereses. Y siendo el hijo del líder del clan Yager era algo muy conveniente que su novia fuera la hija del líder del clan vecino. Especialmente, se le ocurrió de pronto, si iba a estar asociado en cosas ilícitas.
Era razonable, entonces, que sus sentimientos por Zach la tomaran totalmente desprevenida. Todas aquellas sensaciones… De a poco empezaba a entender por que su madre aceptaba a Tom cada vez que regresaba de sus andanzas como si nunca se hubiera dio. Era preferible estar con él temiendo que en cualquier momento pudiera marcharse nuevamente que no estar con él en absoluto.
¡Ya basta! Tomando una bocanada de aire como para juntar fuerzas, se levantó y se lavó la cara. Un momento más tarde estaba en el pasillo, explicándole a Liz que tenía que volver a su casa. No se había alejado dos cuadras cuando la voz que más temía y deseaba escuchar la llamó.
-“¿Qué pasa?” le preguntó en un tono hostil que por un momento lo desencajó.
El rostro del chico se veía confuso, como si no lograra encontrar las palabras adecuadas para decir lo que quería.
-“Eso mismo me preguntaba yo,” le respondió después de un momento. “¿Qué te pasa?”
-“Tengo que ir a mi casa,” dijo ella lo mas secamente posible.
-“Y por eso te levantaste con los ojos llorosos y te encerraste en el baño durante quince minutos antes de decirle a Liz que te ibas sin asomarte a decirnos nada a Dylan y a mí,” repuso el chico en un tono algo irónico.
-“Tal vez,” respondió ella, evitando mirarlo a la cara.
-“¡Vicky!” protestó él, haciendo un gesto como para acercarse a ella, y retrocediendo al percibir su rechazo. “Ya sé que en eso reaccioné más de lo que debía con eso que contaron, pero tenés que reconocer que es algo shockeante. Son muchas cosas nuevas en muy poco tiempo,” agregó.
-“Por suerte ya falta poco para que se termine, ¿no? Después de eso cada uno puede volver a su vida normal.” El tono en el que lo dijo fue tan amargo y a la vez sincero, que por un momento pareció como si al chico le hubieran dado una bofetada.
-“¿Eso es lo que querés?” le preguntó entonces. “¿Qué todo vuelva a ser como antes?”
-“Si,” respondió ella sin pensarlo, aunque para sus adentros se dijo lo contrario.
-“Bien,” respondió él después de un momento. “Que así sea.” Y, dando media vuelta, regresó hacia la casa sin despedirse.
2 comentarios:
me encanta aunque da mucha lastima que este acabando, me pregunto que pasara con dylan el siempre pasa desapercibido en todo. y con lizz que esta enamorado de zach
dylan... dylan siempre queda relegado a un papel secundario, es verdad. tengo planes para él, pero en otra historia, más adelante :)
estoy leyendo lo que me mandaste, aunque voy de a poco. cuando termine te escribo un mail de respuesta
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